La falta de políticas claras, conflictos de intereses y liderazgos centrados en los fundadores siguen siendo los principales problemas de las empresas familiares en México. Sin embargo, las empresas familiares que han logrado implementar protocolos y consejos formales han mostrado una mayor resiliencia y adaptación al cambio. De hecho, el estudio revela que las empresas con estos mecanismos aumentan su competitividad en un 15% en comparación con aquellas que no los tienen.
Asimismo, las empresas familiares que han adoptado la profesionalización y la capacitación de sus equipos directivos han reducido sus riesgos de conflicto y aumentado sus probabilidades de supervivencia y éxito a largo plazo.
Aunque los retos persisten, hay un creciente reconocimiento entre las empresas familiares de que la implementación de protocolos familiares, la profesionalización y la clara separación entre las relaciones familiares y empresariales son clave para asegurar su futuro y mantener su competitividad en un entorno cambiante.
