El proceso de sucesión en las empresas familiares sigue siendo un desafío crítico para garantizar la continuidad y éxito del negocio. En 2024, se sigue observando una notable renuencia entre los empresarios familiares para abordar este tema crucial. Según el Informe de PwC de Empresas Familiares 2024, menos del 30% de las empresas familiares en el mundo tienen un plan de sucesión formal, lo que aumenta significativamente el riesgo de conflictos y fallos en la continuidad generacional.
A pesar de las advertencias de los expertos, muchas empresas familiares postergan la planificación sucesoria hasta que es inevitable, ya sea por el fallecimiento del fundador o por otras razones inesperadas. Esto crea escenarios de transición que ocurren bajo presión, lo cual aumenta el riesgo de tensiones y malos entendidos. De hecho, un estudio de KPMG reveló que, aunque el 13% de las empresas familiares cuentan con un plan de sucesión, sólo un 20% de estas empresas tienen claro el procedimiento de implementación.
Retos en la sucesión.
Uno de los mayores desafíos que enfrentan las familias empresarias es la falta de planificación a largo plazo. Según Guido Corbetta, profesor de la Università Bocconi, las familias deben reconocer que la sucesión no es un evento puntual, sino un proceso continuo que debe ser planeado con tiempo y de forma estructurada. El traspaso de la propiedad, el poder de dirección y la eventual separación de funciones deben gestionarse de manera profesional para evitar la disolución de la empresa.
Estudios recientes de la Family Firm Institute sugieren que muchas familias empresarias no abordan adecuadamente la planificación de sucesión debido a la complejidad emocional asociada. El traspaso de poder, especialmente entre generaciones, puede ser visto como una amenaza para la identidad del fundador, lo que retrasa aún más las decisiones clave sobre el futuro de la empresa. Esta falta de planificación genera incertidumbre no solo dentro de la familia, sino también entre los empleados, socios y clientes de la empresa.
Estudios recientes de la Family Firm Institute sugieren que muchas familias empresarias no abordan adecuadamente la planificación de sucesión debido a la complejidad emocional asociada. El traspaso de poder, especialmente entre generaciones, puede ser visto como una amenaza para la identidad del fundador, lo que retrasa aún más las decisiones clave sobre el futuro de la empresa. Esta falta de planificación genera incertidumbre no solo dentro de la familia, sino también entre los empleados, socios y clientes de la empresa.