Alguna vez te ha tocado ver una gallina o un pato al que le cortan la cabeza? El cuerpo sigue corriendo alocadamente hasta que termina por morir. Algo similar sucede con las empresas familiares. La cabeza es el líder de la organización y el cuerpo es la empresa. Si todo se mueve en función del conocimiento, la experiencia y las decisiones del empresario, es de esperar que si en algún momento este llega a faltar, probablemente la organización se siga moviendo, pero no por mucho tiempo.
Las empresas familiares, en su camino a la consolidación y desarrollo, requieren generar esquemas profesionales de gestión que les permitan afrontar los retos que el entorno les exige. Además, los cambios que deben asumir en su proceso de maduración y crecimiento demandan una mayor estructura en sus operaciones, lo que las convierte en organizaciones más complejas y difíciles de liderar en comparación con su modelo inicial. El gobierno corporativo proporciona a la empresa esa solidez necesaria para crecer y desarrollarse de manera ordenada, manteniendo altos niveles de eficiencia y competitividad.
Según un estudio realizado por Deloitte en 2022, el gobierno corporativo no solo asegura la correcta gestión de las empresas, sino que también facilita la sostenibilidad a largo plazo. En este sentido, la definición de estrategias claras y la adopción de prácticas éticas son factores fundamentales para el éxito continuo de las empresas familiares. La transparencia en las operaciones y la rendición de cuentas son otros dos pilares esenciales para establecer confianza tanto dentro como fuera de la organización.
El concepto de gobierno corporativo en las empresas familiares implica la interacción de tres entidades clave: el Consejo de Familia, el Consejo de Administración y la Asamblea de Accionistas. Cada uno de estos órganos cumple una función esencial en la estructura organizacional, velando por los intereses de sus respectivos grupos y, en última instancia, asegurando el bienestar de la empresa.

A pesar de su importancia, un estudio de KPMG realizado en 2023 señala que solo el 50% de las empresas familiares en América Latina tiene implementado un Consejo de Administración formal. Esta ausencia representa una debilidad significativa, ya que este consejo es donde se definen las estrategias a largo plazo, se debaten las inversiones críticas y se toman decisiones clave, como la sucesión del liderazgo y la contratación de personal estratégico. No obstante, este órgano debe evitar convertirse en una instancia burocrática y, en cambio, actuar como un verdadero motor de crecimiento para la organización.
En cuanto a la importancia de la comunicación dentro de las empresas familiares, un informe reciente de PwC (2023) destaca que una comunicación eficaz entre los órganos de gobierno, como el Consejo de Administración y el Consejo de Familia, es esencial para mantener la armonía en la empresa. Esto no solo mejora la relación entre la familia y el negocio, sino que también fortalece la confianza entre los accionistas y garantiza la transparencia en la gestión.
Finalmente, es fundamental que las empresas familiares desarrollen un modelo de gobernanza que evolucione junto con la empresa misma. Para empresas más pequeñas, un manual básico de reglas y procesos puede ser suficiente. Sin embargo, a medida que la empresa crece y se vuelve más compleja, es crucial que este modelo se robustezca, integrando prácticas más formales y rigurosas de gobierno corporativo que garanticen la continuidad del negocio y el bienestar de la familia a largo plazo.
En resumen, los órganos de gobierno dentro de una empresa familiar no solo contribuyen a su buen funcionamiento, sino que también son esenciales para la supervivencia y éxito de la empresa en el futuro.