Empresas Familiares o Familias Emprendedoras

En México, las empresas familiares siguen siendo la columna vertebral de la economía. Representan el 90% de las unidades de negocio del país y generan al menos el 85% del Producto Interno Bruto (PIB). Estas empresas fueron puestas a prueba durante la pandemia de COVID-19, pero sorprendentemente, el 73% de ellas no solo sobrevivió, sino que incluso creció durante la crisis, lo que subraya su resiliencia (BBVA/Ipade, 2024).

Sin embargo, la alta mortalidad de las empresas familiares sigue siendo un problema significativo. Solo el 30% logra pasar a la segunda generación y menos del 10% alcanza la tercera generación. Esto se debe, en gran parte, a problemas de sucesión y conflictos familiares, factores que suelen ser más críticos que los desafíos empresariales propiamente dichos (INEGI, 2022; Tecnológico de Monterrey, 2024).

Además, el 95% de las empresas medianas y grandes en México son familiares, y generan el 90% de los empleos en el país, lo que refuerza su importancia económica. Sin embargo, muchas de ellas carecen de la institucionalización y profesionalización necesarias para garantizar su supervivencia a largo plazo (Citibanamex, 2022; Valero, 2012).

Para enfrentar estos desafíos, las empresas familiares mexicanas están siendo cada vez más conscientes de la importancia de la planificación estratégica, tanto a nivel empresarial como familiar. Se han identificado las estructuras de gobierno, la comunicación interna y los planes de sucesión como aspectos cruciales para la continuidad y crecimiento de estas empresas. La profesionalización en estos ámbitos es vista como clave para que las familias empresarias dejen de ser simples dueñas de negocios y se conviertan en familias emprendedoras capaces de competir en el entorno global (Citibanamex, 2022; Fonseca, Tecnológico de Monterrey, 2024).

Con esta visión integral, se busca no solo el éxito financiero de la empresa, sino también la preservación de la unidad familiar, evitando rupturas internas que puedan perjudicar tanto a la empresa como a la propia familia.

Fuentes:

– BBVA/Ipade (2024)
– INEGI (2022)
– Citibanamex y Tecnológico de Monterrey (2022)

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